Es en esos días en los que el pelo están indomable, que parece que vas a tener que raparte o quedarte en tu casa porque no hay rodete que aguante que te das cuenta que algo, cualquier cosa, hay que hacer en pos de repararlo un poco.

Hay miles, y miles en serio, de tratamientos hechos a medida para suavizar, mejorar, alisar, enrular y demás. Pero si lo que estás buscando es algo práctico, que no te tome más de 10 minutos al final de tu día y que, como si todo esto fuera poco, te sirva para otros usos, este tutorial casero es para vos.

Hidratación con aceite de coco en un santiamén: ¡Arrancamos! Lo primero y principal es conseguir esta sustancia que de común no tiene nada. Esta vez la encontramos en el Barrio Chino en Belgrano en el bio market Tina & Co. Un pote de 375 ml. (bastante grande la verdad, pueden chequearlo en la foto principal de este posteo) tiene un precio de $75. Nada mal si pensás que a parte del pelo, lo podés usar para las uñas y la piel y hasta para cocinar.

ATENCIÓN => Antes de empezar es muy importante que sepas que, si no querés salir a la vida con la cabeza hecha una ensalada, esto se tiene que hacer de noche y antes de irte a dormir. Así, la hidratación ocurrirá el mejor momento del día para cualquier tratamiento y lugar donde ninguna multitud puede decirte ridícula por andar con una gorra de baño puesta.

Abrí el pote y con una cuchara de té raspá un poco de producto. Vas a notar que no parece aceite, es más una textura mantecosa y granulada. La magia ocurre una vez en contacto con la palma de la mano: con el calor corporal se deshace y se transforma en aceite como todos lo conocemos.

Aplicá el aceite que tenés en las manos directamente sobre el pelo seco y con la ayuda de un peine fino distribuilo para que impregne uniformemente toda la cabeza (raíces incluidas).

Gorra de baño en mano (o en cabeza en realidad) y a la cama. A la mañana siguiente seguí tu rutina de lavado del pelo naturalmente; atenta ya que quizás tenés que aplicar tu shampoo 2 veces para eliminar todos los restos oleosos del coco.

¡Listo! Una hidratación natural, baratita (¡con lo que salen las peluquerías!) y exprés