Lo vimos por todos lados. En los últimos años, este corte fue adoptado por varias celebrities y, claro, se puso muy de moda.
Así, el famoso corte “Bob” llegó para quedarse y proponerle la guerra a las cabelleras de considerable largo.
Con origen en la cabeza de las enfermeras de la Primera Guerra Mundial, ellas fueron las primeras en rematar su cabello por arriba de los hombros para estar más cómodas.
Pero fue recién con las flappers -esas mujeres de los años ’20 que rompieron con los cánones de belleza femeninos de la época- que se impuso como el peinado insignia.
Si lo que estás pensando es un cambio de estilo bien diferente, éste es una buena opción. Se puede usar tanto lacio como con ondas o rulos más pronunciados.
TIP: Resulta genial para cabellos finos, ya que brinda sensación de volumen. Para las caras ovaladas, es ideal. Para aquellas más cuadradas o redondas, es mejor mantener la raya al costado.
A la hora del peinado, para uno más formal y serio, la terminación debe ser recta.
La única contra que podemos encontrarle al “Bob” es que para que no se desarme, debe ser emprolijado una vez al mes. En cambio, si te animás a descontracturarlo, se puede llevar más irregular con un corte asimétrico y variando el largo a medida que crece.
¿Flequillo o no flequillo? Esa es la cuestión. Desde uno bien tupido con todo el pelo hacia delante, pasando por uno largo al costado hasta desmechado o asimétrico, hay muchas opciones a elegir y ver qué queda mejor. Lo básico de este corte es tenerlo por arriba de los hombros y animarse a probar.