aceite de oliva

Tester: baño nutritivo con aceite de oliva

Ya lo usaban los pueblos originarios del Mediterráneo de la Edad Antigua no sólo para comer sino también como medicina y producto de belleza.

Por otra parte, los griegos se realizaban masajes con él por ser un excelente relajante muscular. Los romanos, preparaban perfumes y cremas para la piel. Y los egipcios también lo tenían en cuenta como loción para las arrugas. Tanta gente no puede estar equivocada, ¿no?

Súper fácil de conseguir, el aceite de oliva es un gran nutriente para la piel y también para el cuero cabelludo y el pelo.

¿Cuáles son sus beneficios? Con un alto contenido de vitamina E y C, es un gran antioxidante y estimula la formación de colágeno. Esto es igual a más fortaleza y juventud para tu pelo.

También reduce la pérdida de proteínas del cabello maltratado, tiene propiedades regenerativas y calmantes y disminuye el frizz. Al ser un aceite penetra muy fácilmente en las fibras capilares y le da brillo y fomenta el crecimiento del pelo. ¡Es ideal para restituir el cabello dañado! Para empezar necesitás:

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- Una toalla.
- Un gorro de plástico o cofia de baño.
- ½ taza de aceite de oliva (si es extra virgen mejor ya que es más puro y natural).

Primero, calentá el aceite por 90 segundos en el microondas o en un recipiente limpio en una hornalla. Una vez tibio (tené mucho cuidado con la temperatura para evitar quemaduras), colocá una pequeña cantidad de aceite en la palma de tu mano y masajeá el cabello.

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Si tenés el pelo seco, podés usar un poco en el cuero cabelludo también. Si tu pelo es graso, aplicalo en el pelo al menos a 2 centímetros de la raíz.

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Podés repetir el proceso hasta el cabello quede completamente cubierto de aceite de oliva. Después, cubrilo con un gorro de plástico y esperá 30 minutos para que el tratamiento haga efecto.

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Una vez pasado ese tiempo, lavá con un shampoo suave para eliminar todos los residuos y después, hacé un segundo lavado con agua tibia.

Pelo mucho más suave, fácil de manejar y brilloso fácil, barato y en casa. ¡Vale la pena hacer la prueba!