Masajes

Todo lo que necesitás saber sobre la exfoliación capilar

Ya sabemos la extensa lista de beneficios que brinda exfoliar la piel: barrer las células muertas para dar paso a las nuevas, sacar todo rastro de suciedad y quitar aquellas capas de piel seca. Entonces, ¿por qué se necesita una buena exfoliación en el cuero cabelludo y en el pelo? Una sola palabra: Residuo.

La mayoría de las cosas que entran en contacto con nuestro cabello todos los días como el shampoo, el acondicionador, los productos para peinar, el polvo y otras partículas propias de la contaminación ambiental, se acumulan de forma mínima y paulatina en las fibras capilares y el cuero cabelludo.

Por eso, es imprescindible una vez a la semana llevar adelante un proceso de limpieza profundo para barrer todas las impurezas. Con agua tibia a fría y la ayuda de una esponja vegetal si querés, pasá un poco de sal marina (también podés agregar algún aceite de menta para refrescar o romero para relajar) por tu cabello y cuero cabelludo con mucho cuidado. No es necesario que raspes, ya que podés correr el riesgo de romper las fibras de tu pelo. Con ligeros y suaves masajes, podés ir haciéndolo de forma circular. Esto además te va a ayudar a incentivar una buena circulación en tu cuero cabelludo lo que estimula un mayor y mejor crecimiento del pelo.

Una vez que termines con el proceso, sácate todas las partículas de sal que haya quedado y continuá con tu rutina de cuidado de siempre. Te recomendamos el uso de las líneas Tío Nacho de shampoo y acondicionador que al contar en su fórmulas ingredientes propios de la naturaleza, brindan una nutrición completa y única para disfrutar de un aspecto espectacular.

3 masajes para la circulación del cuero cabelludo

Para frenar la caída del pelo, lo importante es mantener una buena irrigación de la sangre en el cuero cabelludo.

Más allá de elegir Shampoo Tío Nacho Anti Edad que contiene elementos naturales que nutren y fortalecen cada fibra, te mostramos 3 masajes perfectos para activar la circulación.

1- Apoyá las yemas de los dedos de forma separada en tu cabeza y sin moverlos, movelos y giralos con energía. Cambia la posición de las yemas hacia otra zona y repetí.

2- Con los dedos juntos, pellizcá suavemente una parte del cuero cabelludo durante medio minuto. De esta manera, podés ir cambiando los puntos hasta abarcar toda la cabeza.

3- Con una palma de una mano sobre la otra, trata de cubrir toda la vez. Presiona levemente durante 30 segundos y repetí.

Son métodos fáciles y que podés realizar en cualquier momento del día.