Es frecuente hablar de la zona «T» del rostro, aquella parte donde suele haber más concentración de sebo: en la nariz y la frente.
En el cabello, pasa lo mismo. El pelo también tiene una parte más grasa y otra más seca.
Esto pasa porque en el cuero cabelludo tenemos más producción de sebo donde están los nutrientes que permiten el crecimiento saludable. En cambio, en las puntas siempre están más deshidratadas.
Por eso se suelen ver más débiles e inclusive, abiertas debido a la falta de una buena nutrición, estrés o bien, exceso en el uso del secador o planchita.
Para proteger bien nuestro cabello, lo que hay que hacer es usar, después del shampoo, un acondicionador o mascarilla desde mediados del cabello hacia las puntas.
Así el cuero cabelludo queda despejado y concentramos la nutrición en la parte del pelo donde más la necesita.